Un escándalo sacude a la Embajada de Colombia en Nicaragua después de que se revelara que el encargado de negocios, Óscar Iván Muñoz, organizó una fiesta vallenata en la que participó el prófugo de la justicia Carlos Ramón González.
La evidencia surge de una carta enviada por Muñoz a la Cancillería colombiana, en la que solicitaba recursos para financiar el evento que se llevaría a cabo en la sede diplomática. Según el documento, la "noche vallenata" se realizaría de manera "cofinanciada entre el teatro y la Embajada de Colombia en Nicaragua".
Además, imágenes muestran al propio Muñoz bailando en la fiesta junto a González, el mismo día en que se agilizó su residencia en Nicaragua, a pesar de que pesaba una orden de captura en su contra.
Oficialmente, los funcionarios colombianos en Nicaragua solo tienen jurisdicción en la Embajada ubicada en Managua, por lo que la realización del evento en el Teatro Nacional Rubén Darío, fuera de la sede diplomática, genera aún más interrogantes sobre la participación de la Embajada.
La falta de cooperación de las autoridades nicarag enses, que han otorgado asilo a González bajo supuestos argumentos de persecución política, ha sido clave para que el prófugo de la justicia colombiana permanezca en libertad en Centroamérica.
Este escándalo pone en evidencia los cuestionables vínculos entre miembros de la Embajada de Colombia en Nicaragua y el prófugo Carlos Ramón González, lo que ha permitido que este evada la justicia de su país.










