El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras se vio obligado a suspender el turno A y el ingreso de su personal al Centro Logístico Electoral (CLE) debido a los graves disturbios que se registraron en el lugar, poniéndose en riesgo la integridad física de los escrutadores de los diferentes partidos políticos.
La medida afecta a aproximadamente 1,000 personas que estaban convocadas para iniciar su turno a las 7 de la mañana y conformar las mesas especiales de recuento y verificación de votos. Incluso, el turno B que había ingresado la noche anterior tuvo que ser despachado a las 3 de la mañana por la violencia.
Según los testimonios, dentro de las instalaciones "empiezan los ataques, empiezan los insultos, empiezan las pedradas, empiezan todo". Ante esta situación, los escrutadores que esperaban afuera hicieron un llamado urgente a las autoridades y a la clase política del país, instándolos a "ponerse la mano en la conciencia" y lograr que los políticos "se sienten" para evitar más violencia.
El mensaje es claro: "No queremos sangre en el país, queremos paz y tranquilidad". Los hondureños están cansados y solo quieren saber quién ganó o quién perdió en estas elecciones generales.
Finalmente, los escrutadores solicitaron que se permita la entrada de los medios de comunicación, considerándolos el "ojo garante de este proceso", con el fin de brindar transparencia y evitar más incidentes.
La suspensión del escrutinio en medio de estos disturbios pone en duda la integridad del proceso electoral y genera preocupación sobre la capacidad de las autoridades para garantizar elecciones justas y pacíficas en Honduras.
