Boris Muñoz, reconocido periodista, escritor y editor venezolano-estadounidense, visitó República Dominicana para participar en una conferencia organizada por la Fundación El Demócrata. Durante su presentación, Muñoz abordó los principales retos que enfrenta el periodismo en la actualidad, marcados por la velocidad, la fragmentación informativa y la creciente desconfianza en los contenidos.
Muñoz, quien es fundador de la sección de Opinión de The New York Times en Español, advirtió que no todo lo viral tiene relevancia y que la instantaneidad con la que se consumen las noticias a escala global ha generado un entorno fragmentado, donde conviven medios profesionales, creadores de contenido e influencers que no siempre operan bajo estándares periodísticos.
Según el experto, este fenómeno ha provocado el colapso del viejo orden mediático, en el que los medios tradicionales marcaban la agenda pública. Actualmente, las plataformas digitales y sus algoritmos priorizan contenidos rápidos y emocionalmente atractivos, desplazando en muchos casos la profundidad y el análisis.
"El gran problema es la pérdida de criterio", señaló Muñoz, explicando que la abundancia de información genera la ilusión de estar bien informados, cuando muchas veces se consume contenido incompleto o descontextualizado. En este sentido, el periodista reconoció la creatividad y el alcance de los medios nativos digitales, pero subrayó que el compromiso del periodismo profesional debe ser aportar contexto, rigor y valor agregado.
Muñoz concluyó que el gran reto del periodismo contemporáneo es recuperar la credibilidad, combinando innovación tecnológica con los valores fundamentales del oficio. "El gran reto es recuperar la credibilidad, combinando innovación tecnológica con los valores fundamentales del periodismo", afirmó.
Además de abordar los desafíos del periodismo, Muñoz también se refirió a la crisis política y social que atraviesa Venezuela. El experto consideró que la presión de Estados Unidos se ha convertido en un factor clave, ante el agotamiento de las vías internas y regionales para una transición democrática en el país.
Muñoz fue crítico con la respuesta de América Latina, calificándola de débil y desarticulada, y señaló que países como México, Brasil y Colombia evitaron asumir un liderazgo firme frente a la crisis venezolana. En contraste, consideró que Estados Unidos ha asumido un protagonismo inevitable, al tratar a Venezuela como un asunto de seguridad nacional.
El periodista concluyó que una presión decisiva podría abrir el camino hacia un gobierno de transición y la recuperación democrática en Venezuela, advirtiendo que la inacción prolonga un modelo que ha forzado a millones de venezolanos a abandonar su país.
