La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta sobre la aparición y rápida expansión de una nueva variante del virus de la influenza A (H3N2), conocida como la "Gripe K". Esta cepa, detectada por primera vez en agosto en Australia y Nueva Zelanda, ya se ha identificado en más de 30 países, incluida Bolivia.
Según la responsable de la Unidad de Amenazas Respiratorias Globales de la OMS, Wenging Zhang, los datos epidemiológicos actuales no indican un aumento en la gravedad de la enfermedad, pero este cambio genético supone una "evolución notable del virus". La experta explicó que la nueva variante, denominada J.2.4.1 o subclado K, no forma parte de la composición de las vacunas más recientes producidas para la temporada de influenza del hemisferio norte.
Aun así, las primeras evidencias sugieren que las vacunas estacionales actuales continúan ofreciendo protección contra las enfermedades graves y reducen el riesgo de hospitalización. La OMS estima que se producen alrededor de mil millones de casos de gripe estacional cada año, incluidos hasta cinco millones de casos de enfermedad respiratoria grave, y hasta 650.000 muertes anuales relacionadas con la influenza.
En Bolivia, la Gobernación de Santa Cruz confirmó la semana pasada la existencia de un caso de Influenza A (H3N2), posiblemente correspondiente a la variante K, en un paciente que llegó desde Japón. Ante esta situación, se declaró alerta naranja en la región. Además, se reportaron 14 casos de influenza A (H3N2) en el país, y se analiza un caso sospechoso de la variante K.
Sin embargo, el Ministerio de Salud de Bolivia informó que el país no cuenta con los laboratorios necesarios para la detección de esta nueva cepa. No obstante, el país sí dispone de la vacuna para prevenir la enfermedad.
La OMS recalcó que la vacunación sigue siendo la defensa más eficaz, incluso contra cepas con deriva genética, particularmente para las poblaciones de alto riesgo y quienes las cuidan. La experta compartió que la vacuna es aproximadamente un 75% eficaz contra la enfermedad grave y la hospitalización en niños, y alrededor de un 35% en adultos.
Ante la preocupación por la rápida expansión de esta nueva variante, los países de la región, incluido Bolivia, deberán reforzar sus sistemas de vigilancia epidemiológica y fortalecer las campañas de vacunación para hacer frente a esta amenaza sanitaria.
