El Ministerio de Salud (Minsa) de Panamá ha activado protocolos de vigilancia epidemiológica y emitido una alerta a las instalaciones de salud del país, luego de la confirmación del primer caso de la variante de influenza A(H3N2), subtipo K, en Costa Rica y el aumento de la actividad del virus en la región.
Si bien las autoridades sanitarias reconocen el riesgo de un incremento en la demanda de atención médica debido a la alta transmisibilidad de la influenza estacional, aseguran que Panamá no enfrenta un escenario que deba generar alarma.
La directora general de Salud Pública del Minsa, Yelkis Gill, explicó que la medida preventiva busca reforzar la detección temprana y la capacidad de respuesta ante un eventual aumento en la circulación del virus. Aunque la variante de A(H3N2) se caracteriza por ser más contagiosa, no se asocia con altos niveles de severidad ni letalidad.
No obstante, el Minsa hace un llamado a mantener medidas básicas de prevención, como el uso de mascarillas por parte de personas con síntomas respiratorios, con el fin de reducir la propagación del virus durante los picos estacionales. Además, recuerda que la vacuna contra la influenza continúa disponible en el sistema de salud pública y sigue siendo una herramienta clave para disminuir hospitalizaciones, complicaciones y cuadros graves asociados a la enfermedad.
Hasta el momento, las autoridades sanitarias han confirmado que en Panamá no se han detectado casos de la variante A(H3N2) subtipo K, identificada recientemente en el Reino Unido y asociada de manera preliminar con mayor severidad en personas mayores. El Minsa mantiene una vigilancia epidemiológica constante y monitorea de cerca la evolución del virus en la región, con el fin de tomar decisiones oportunas basadas en la evidencia.
Pese a este panorama regional, el Minsa reitera que el país no enfrenta una pandemia y que la prevención y la vacunación siguen siendo las principales herramientas para proteger la salud pública.











