Honduras entra en estado de alerta preventiva ante la posible llegada de la influenza A H3N2, una variante viral que ha generado preocupación en otros países por su capacidad de provocar cuadros respiratorios graves, especialmente en grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Aunque aún no se han confirmado casos de esta cepa en el país, la Secretaría de Salud (Sesal) ha activado protocolos de vigilancia y contención, con especial énfasis en los puntos de entrada al territorio hondureño.
El personal de salud, aerolíneas, migración y aduanas han sido instruidos para reforzar los controles sanitarios en aeropuertos y fronteras, con el objetivo de detectar y aislar de manera temprana cualquier caso sospechoso. Se ha hecho un llamado al uso obligatorio de mascarillas para viajeros, sobre todo aquellos provenientes de países donde ya circula la influenza A H3N2.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), esta variante se asocia a síntomas como fiebre repentina, tos seca persistente, dolor de garganta, congestión nasal, dolores musculares y fatiga. En personas vulnerables, puede derivar en hospitalizaciones.
Ante este escenario, las autoridades hondureñas insisten en que la población refuerce las medidas de prevención, como la vacunación, el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas ante síntomas respiratorios y la adecuada ventilación de espacios cerrados.
La estrategia de Honduras se basa en la vigilancia temprana y la coordinación interinstitucional, con el objetivo de anticiparse a la posible llegada de esta amenaza y proteger a los grupos más susceptibles. La experiencia ha demostrado que la preparación es clave para salvar vidas en situaciones de crisis sanitaria.
