La temporada de gripe ha llegado con fuerza este invierno, y lo ha hecho de la mano de una variante del virus influenza A conocida como H3N2. Esta cepa, apodada "súper gripe", se caracteriza por una rápida propagación y síntomas más bruscos que los de la gripe común.
El subtipo H3N2 del virus de la influenza A ha circulado durante años, pero en esta temporada una nueva variante, identificada como subclado K, ha acumulado pequeñas mutaciones que la hacen más contagiosa. Esto ha provocado que la temporada de gripe se adelante y sea especialmente intensa en países como España y Reino Unido.
Los síntomas de esta "súper gripe" suelen ser más severos que los de una gripe estacional regular. Fiebre alta, escalofríos, dolores musculares y articulares intensos, dolor de cabeza, cansancio extremo y tos seca persistente son algunos de los cuadros más frecuentes. Además, el virus puede complicarse con bronquitis o neumonía, especialmente en personas vulnerables.
Los grupos más expuestos a desarrollar formas graves de la enfermedad son los mayores de 65 años, los niños pequeños, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunitarios debilitados. Para ellos, la vacunación sigue siendo la mejor herramienta de prevención, ya que puede reducir significativamente las complicaciones y los ingresos hospitalarios.
Además de la vacuna, las recomendaciones para hacer frente a esta "súper gripe" incluyen extremar la higiene de manos, ventilar bien los espacios cerrados y evitar acudir a trabajos o escuelas con fiebre. En momentos de alta circulación del virus, el uso de mascarilla en lugares concurridos también puede marcar la diferencia.
