El pequeño archipiélago de Trinidad y Tobago, situado a solo 10 kilómetros de Venezuela, autorizó a Estados Unidos a utilizar sus aeropuertos "en las próximas semanas" para "movimientos de carácter logístico", en plena crisis entre Caracas y Washington.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Trinidad y Tobago anunció la decisión el lunes, en medio de una creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos. Desde agosto, Washington ha desplegado una importante presencia militar en el Caribe, oficialmente para combatir el tráfico de drogas con destino a Estados Unidos, pero Caracas considera que se trata de una operación destinada a derrocar al presidente Nicolás Maduro.
"De conformidad con la cooperación bilateral establecida, el ministerio ha otorgado autorizaciones que permiten a aeronaves militares de Estados Unidos transitar por los aeropuertos de Trinidad y Tobago en las próximas semanas", indicó el comunicado oficial. Según el texto, "Estados Unidos ha señalado que estos movimientos son de naturaleza logística, facilitando el reabastecimiento y las rotaciones rutinarias de personal".
La decisión de Trinidad y Tobago se produce en un momento de máxima tensión entre Venezuela y Estados Unidos. La semana pasada, Washington incautó un petrolero que transportaba crudo venezolano, una medida inédita en la crisis que ha llevado a Caracas a anular los acuerdos gasíferos con el archipiélago.
Aliada del presidente Donald Trump, la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, ha multiplicado las declaraciones hostiles al gobierno venezolano desde que llegó al poder en mayo. Sin embargo, la mandataria aseguró que Washington nunca solicitó utilizar el archipiélago para lanzar ataques contra Venezuela.
La cooperación militar entre Trinidad y Tobago y Estados Unidos ha suscitado la ira de Caracas, que considera que se trata de una amenaza a su soberanía. Desde septiembre, Estados Unidos ha efectuado una veintena de ataques contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes en el mar Caribe y en el Pacífico, con un saldo de 87 muertos.
La autorización de Trinidad y Tobago a Estados Unidos para utilizar sus aeropuertos se produce en un momento de máxima tensión regional, con Venezuela denunciando constantemente lo que considera una "injerencia" de Washington en sus asuntos internos.
