El brusco giro en seguridad que marcó la administración de Gabriel Boric, con la implementación permanente del estado de excepción en la Macrozona Sur, es el principal reto que enfrentará su sucesor, José Antonio Kast.
Cuando Boric asumió la presidencia en marzo de 2022, la seguridad pública no era su principal prioridad. De hecho, en su discurso inaugural solo la mencionó en una ocasión. Sin embargo, con el paso de los meses, este tema se convirtió en el eje central de su gobierno, obligándolo a ceder y decretar el estado de excepción que sigue vigente hasta la actualidad.
Según diversos expertos consultados, el escenario que enfrentó Boric es distinto al que tendrá Kast. Cuando el frenteamplista llegó al poder, se confirmaba una tendencia al alza de diversos delitos tras la pandemia, con un récord histórico de homicidios en 2022 y una percepción de inseguridad que posicionó a Chile como uno de los países más atemorizados del mundo.
Ante esta crisis, el gobierno de Boric tuvo que impulsar cambios legislativos, como la Ley Nain-Retamal que entregaba mayores facultades a Carabineros, y anunciar el Plan Calles Sin Violencia. Además, creó el Equipo Contra el Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) y el Ministerio de Seguridad Pública.
Si bien en los últimos trimestres se ha registrado una leve disminución de algunos delitos, como los homicidios, los expertos advierten que es prematuro afirmar que se trata de una tendencia sostenible. Además, persisten altas tasas de criminalidad violenta, la presencia de bandas de crimen organizado transnacional y una percepción de inseguridad histórica.
Por lo tanto, la futura administración de Kast heredará un escenario de "crisis en materia de seguridad" que deberá enfrentar como prioridad. Uno de los principales desafíos será la implementación del nuevo Ministerio de Seguridad Pública, así como la reforma del sistema penitenciario y el fortalecimiento de la inteligencia financiera para desarticular al crimen organizado.












