La Asamblea Nacional de Ecuador aprobó por unanimidad el receso legislativo de fin de año, que se extenderá desde el 22 de diciembre de 2025 hasta el 5 de enero de 2026. Esta medida, fundamentada en el artículo 123 de la Constitución, afectará a los 137 asambleístas y a todas las instancias parlamentarias, incluyendo el pleno, las comisiones, el Comité de Ética y los grupos parlamentarios.
Durante este periodo, quedarán suspendidas todas las actividades parlamentarias, lo que implica la paralización de trámites relacionados con proyectos de ley, juicios políticos y procesos administrativos internos. Cualquier asunto pendiente se retomará una vez concluido el receso.
El receso legislativo es una práctica establecida en la normativa ecuatoriana, que dispone dos periodos de 15 días cada año. El primero suele coincidir con el medio año legislativo, mientras que el segundo se aplica en diciembre, durante las festividades de fin de año.
En años anteriores, la Asamblea ha aplicado recesos similares, siempre bajo la aprobación del Consejo de Administración Legislativa (CAL) y en cumplimiento de la Constitución. El presidente de la Asamblea Nacional únicamente puede convocar a periodos extraordinarios cuando así lo solicite la mayoría de los legisladores o el Presidente de la República.
La decisión de extender el receso hasta el 5 de enero de 2026 llega en un momento en que la Asamblea Nacional mantiene una alta carga de proyectos acumulados, con más de 1.500 iniciativas pendientes hasta mayo de 2025, a los que se suman los de la nueva agenda planteada por el presidente del Legislativo, Niels Olsen, en julio de este año.
Entre los proyectos pendientes figuran propuestas como la regulación equitativa del consumo y actividades económicas en procesos electorales, y la Ley Orgánica de Recuperación Productiva y Territorial frente al Crimen Organizado, que han sido presentadas pero aún no analizadas. Solo en este mes, 18 nuevos proyectos fueron expuestos en la Asamblea, todos en estado de "proyecto presentado".
El receso legislativo busca dar un respiro a los asambleístas y a las instancias parlamentarias, permitiéndoles disfrutar de las festividades de fin de año. Sin embargo, también genera preocupación por el retraso en el avance de la agenda legislativa, que deberá retomarse con fuerza una vez concluido el periodo de descanso.
