El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) ha expresado su profunda preocupación ante las denuncias de corrupción vinculadas al Seguro Nacional de Salud (SENASA) de República Dominicana. La organización evangélica ha exhortado a las autoridades competentes y a la sociedad en general a asumir este caso con responsabilidad, transparencia y apego al Estado de derecho.
A través de su representante, Feliciano Lacen Custodio, CODUE hizo un llamado al Ministerio Público y al Poder Judicial para que actúen con firmeza, garantizando el respeto al debido proceso y evitando el populismo penal. Lacen Custodio señaló que la justicia debe ser ejemplar y efectiva, pero nunca convertida en un espectáculo que menoscabe la dignidad humana ni erosione la confianza institucional.
El presidente de CODUE afirmó que SENASA es la Administradora de Riesgos de Salud (ARS) que más impacta a la sociedad dominicana, por lo que debe hacer justicia y restituir la confianza de los ciudadanos afiliados lo más pronto posible. Además, indicó que debe haber una restitución de aquellos afiliados que han tenido que pagar muchos procedimientos porque no les daban cobertura, y que se debe revisar la situación de los altos costos que deben asumir los pacientes cuando acuden a los médicos.
La organización evangélica advirtió que este caso constituye un llamado urgente a la regeneración moral y espiritual de la República Dominicana, reiterando que la lucha contra la corrupción debe ser integral, incluyendo sanciones justas, reformas institucionales eficaces y una renovación ética profunda que transforme tanto los corazones como las estructuras del Estado.
Lacen Custodio expresó que, tal como ha manifestado el presidente de la República, este proceso debe llegar hasta sus últimas consecuencias. "Es imprescindible que se realicen pesquisas más profundas y exhaustivas, de manera que del peritaje técnico y legal surjan los resultados que este país necesita para fortalecer la confianza ciudadana en sus instituciones", afirmó.
Además, CODUE afirmó que la corrupción representa un pecado contra Dios y contra el prójimo, ya que desvía recursos destinados al bienestar de los sectores más vulnerables de la sociedad. En ese sentido, exhortaron a todos los servidores públicos y privados a ejercer sus funciones con integridad, transparencia y responsabilidad.
Finalmente, la entidad reafirmó su compromiso de fortalecer la formación ética y ciudadana desde las iglesias, enseñando que la ambición desmedida y el abuso de poder son contrarios al evangelio de Jesucristo. Invitaron a las comunidades de fe a ser agentes de transformación social, promoviendo una cultura de integridad, justicia y servicio en todos los ámbitos de la vida nacional.












