La rápida expansión de la variante H3N2 de la influenza está generando preocupación en países desarrollados de América del Norte, Europa y Asia. Esta cepa se caracteriza por su alta contagiosidad y resistencia a las vacunas disponibles actualmente, lo que ha obligado a los sistemas de salud a monitorear de cerca las tasas de ocupación hospitalaria.
En Estados Unidos, el impacto ya es cuantificable y preocupante. Hasta mediados de noviembre se contabilizaron al menos 650 mil casos, con más de 7 mil pacientes hospitalizados y 300 fallecimientos asociados a la enfermedad. Por otro lado, en el Reino Unido, la Agencia de Seguridad Sanitaria británica (UKHSA) informó que las hospitalizaciones alcanzan una tasa de 7,79 por cada 100 mil habitantes, una cifra que va al alza. Ante esta situación, el Servicio Nacional de Salud (NHS) recomendó el uso de mascarillas en espacios cerrados y evitar reuniones si se presentan síntomas.
La rápida propagación de esta variante de influenza ha puesto en alerta a los sistemas de salud de los países afectados, incluso antes de la llegada plena del invierno en el hemisferio norte. Esto se debe a la alta contagiosidad de la cepa H3N2 y su resistencia a las vacunas actuales, lo que ha obligado a las autoridades a implementar medidas de control y monitoreo para evitar que los hospitales se vean desbordados.
Expertos en salud pública han señalado que la situación es especialmente compleja debido a la velocidad de propagación del virus, lo que ha dificultado la implementación de estrategias efectivas para contener su avance. Además, la resistencia a las vacunas disponibles plantea un desafío adicional, ya que la población vulnerable podría verse más expuesta a los efectos severos de la enfermedad.
En este contexto, los países afectados han tenido que adoptar medidas de prevención y control, como el uso obligatorio de mascarillas en espacios cerrados y la recomendación de evitar reuniones si se presentan síntomas. Estas acciones buscan reducir la transmisión del virus y aliviar la carga sobre los sistemas de salud, que se enfrentan a la amenaza de una nueva ola de contagios en medio de la temporada invernal.












