El oficialismo y la derecha chilena dan por descontada la victoria de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial. El debate ya no es quién ganará, sino por cuánto margen de diferencia: una derrota amplia de la candidata Jeannette Jara podría desatar una crisis profunda en la centroizquierda, mientras que una victoria ajustada daría más margen para negociaciones.
Tanto en el comando de Jara como en el de Kast coinciden en que la probabilidad es que gane el candidato de la derecha nacionalista y conservadora. La preocupación está en si la diferencia será por 10 puntos o si rozará los 20.
Según analistas cercanos al Partido Comunista, el peor escenario no sería una derrota de Jara, sino que la segunda vuelta de 2030 se dé entre el candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi, y el actual presidente Gabriel Boric. Consideran que "los votos ya no dicen nada porque gente que hoy vota Kast mañana vota por Parisi o por Jara, no hay fidelidad sin voto voluntario".
La clave de la elección, según esta interpretación, reside en que el resultado no será un voto a favor o en contra de Kast, ni tampoco un apoyo o rechazo a Jara o al Partido Comunista, sino que la segunda vuelta se convertirá nuevamente en un "plebiscito a favor o en contra de Boric", quien logró situarse una vez más en el centro del debate político.
No obstante, los analistas consideran que la victoria de Kast no implica que el nuevo Ejecutivo pueda hacer cambios radicales, ya que "dada la institucionalidad existente en Chile, el Gobierno de Kast no va a quedar debilitado y tampoco puede hacer mucho más. Boric era de la ultraizquierda y mira que no hizo mucho".
En el seno del oficialismo se da por descontado el triunfo de Kast. El debate se centra en el margen de la derrota de Jara y sus consecuencias. Si Kast se acerca al 70% de los votos, lo que la derecha obtuvo en la primera vuelta, se anticipa una profunda crisis interna en el bloque de izquierda y una mayor autonomía para que Kast arme su Gobierno.
El peor escenario para la centroizquierda sería que Jara obtenga cerca del 37%, lo que se consideraría una "debacle" que forzaría peticiones de renuncia de los presidentes de todos los partidos. Un resultado similar o bajo el 40% sería el "escenario catastrófico" para la centroizquierda y obligaría a realizar una "autocrítica real" para enmendar el rumbo con realismo.
Según encuestas internas manejadas por el oficialismo, el margen de victoria de Kast se situaría en un contundente 60% contra 40% a favor del abanderado de la derecha. Las proyecciones más optimistas para la centroizquierda manejan un escenario de 57% para Kast y 47% para Jara, asumiendo un 10% de votos nulos y blancos.
La magnitud del triunfo de Kast impactaría directamente en las relaciones de poder dentro de la derecha, particularmente con Chile Vamos. Si Kast obtiene muchos votos, la coalición republicana los necesitará menos; si saca menos respaldo, los necesitará más.
A pesar de la proyectada victoria de la oposición, los analistas recuerdan que en el ámbito parlamentario la izquierda mantuvo su fuerza: el PS, el PPD, la DC, el FA y el PC "se mantuvieron en pie", lo que les daría la fuerza necesaria para enfrentar a Kast, incluso si este arrasa en la segunda vuelta.
Desde la coalición Chile Vamos afirman que las proyecciones sitúan a Kast en un rango que bordea el 55% o bajo el 60%. Para la centroderecha será una elección cargada de simbolismos: llegaría a La Moneda un hombre que votó por el "Sí" en 1988, donde muchos niegan el cambio climático, sin mayorías en el Congreso, pero con "la votación más alta de la historia de Chile", en términos de cantidad de votos.
En Renovación Nacional señalan que es ese partido el que ha estado en los temas de seguridad y que podría ser una bisagra hacia la oposición, por lo que se ven en el Comité Político. A pesar de contar con solo 13 diputados, RN mantiene una sólida bancada de ocho senadores, lo que asegura que "si algo quiere aprobarse en Chile, va a tener que pasar por Renovación Nacional".
En la ex Concertación sostienen que la preocupación central de los republicanos se enfoca en el margen de la victoria, el cual definirá la gobernabilidad de Kast y el futuro político de la actual coalición oficialista como oposición.
En Demócratas y Amarillos explican que el mejor escenario para Kast y el peor para la centroizquierda es un 60% a 40%. Una cifra que se acerca al resultado del primer plebiscito constitucional y se interpretará como una "señal política real" de que la votación se convirtió en un plebiscito contra Boric.
En el Partido Republicano muestran cierto nerviosismo sobre la diferencia y su cálculo es una victoria entre 55 y 58%. Y coinciden en que más cerca del 62% le sería más fácil a la nueva administración "implementar su agenda y programa de gobierno, sin tanta dependencia del PDG".












