El pasado jueves, un jurado popular de la ciudad de S o Paulo, en el litoral del estado, absolvió a un policía militar acusado de haber matado a un adolescente de 15 años durante una intervención policial en 2020. La decisión ha generado una fuerte controversia y reavivado el debate sobre la violencia policial y la necesidad de una mayor rendición de cuentas de las fuerzas de seguridad en Brasil.
El caso se remonta al 14 de febrero de 2020, cuando el policía militar Fábio Coutinho fue llamado para atender una ocurrencia en el municipio de Praia Grande. Según la Policía Militar, el adolescente, identificado como Guilherme Guedes, de 15 años, se resistió a la abordagem y acabó siendo baleado. El joven murió poco después en el hospital.
La familia de Guilherme denunció que el adolescente no ofrecía risco y que fue ejecutado por el policía. Coutinho, por su parte, alegó que actuó en legítima defesa, ya que Guilherme teria sacado uma arma durante a abordagem. Después de un juicio que duró tres días, el jurado popular decidió por unanimidad absolver al policía militar de la acusación de homicídio doloso.
La decisión del jurado ha generado indignación entre familiares, ativistas de derechos humanos y parte da sociedad civil. Muitos criticam o que consideram uma "cultura de impunidade" que permeia las fuerzas de seguridad en Brasil, donde los agentes raramente son condenados por abusos y violaciones cometidas en servicio.
"Es una decisión lamentable que refuerza la sensación de que la vida de un adolescente negro vale menos que la de un policía. Isso mostra que ainda temos um longo caminho a percorrer para que haja justi a e responsabiliza o por atos de violencia policial", afirmou Ariel de Castro Alves, coordenador do Núcleo de Direitos Humanos da Defensoria Pública de S o Paulo.
Defensores de los derechos humanos también criticaron el hecho de que el jurado haya aceptado la versión del policía de que actuó en legítima defesa, a pesar de las evidencias presentadas por la familia de la víctima de que Guilherme no representaba una amenaza real. Según ellos, este tipo de decisión envía una señal peligrosa de que los agentes de seguridad pueden usar la fuerza de manera indiscriminada sin tener que responder por sus actos.
El caso se suma a una larga lista de episodios de violencia policial que han ocurrido en Brasil en los últimos años, especialmente en comunidades pobres y periféricas. Según datos oficiales, la Policía Militar de S o Paulo mató 1.453 personas en 2021, un promedio de cuatro muertes por día. Muchos de estos casos nunca llegan a los tribunales o terminan con la absolución de los agentes involucrados.
Para los activistas, la absolución del policía acusado de matar a Guilherme es un duro golpe en la lucha por una mayor responsabilización de las fuerzas de seguridad y por el fin de la violencia policial en el país. Ellos afirman que seguirán movilizados para exigir justicia y cambios estructurales que garanticen que casos como este no vuelvan a ocurrir.











