El primer ministro de China, Li Qiang, lamentó el "grave efecto" que los aranceles y otras restricciones comerciales están teniendo sobre la economía global, y llamó a construir un sistema más justo, razonable y eficaz de gobernanza económica internacional.
En la inauguración del "Diálogo 1+10" en Pekín, que reúne al Ejecutivo chino con los máximos responsables de las principales instituciones financieras y comerciales internacionales, Li afirmó que desde comienzos de año la proliferación de barreras ha evidenciado que "los aranceles dañan a otros, pero también se vuelven contra quien los impone".
Ante los representantes internacionales, el jefe del Ejecutivo chino sostuvo que el mundo encara "cambios complejos y profundos", con un auge del proteccionismo, turbulencias geopolíticas y deficiencias en la gobernanza global. En ese contexto, destacó que el objetivo del foro es "construir un sistema más justo, razonable y eficaz" de gobernanza económica internacional.
Li enumeró tres "términos clave" que, a su parecer, marcaron este 2023: los aranceles, la transición verde y la inteligencia artificial (IA). Sobre el segundo punto, recordó el décimo aniversario del Acuerdo de París y los nuevos compromisos climáticos asumidos por China este año. En cuanto a la IA, citó el rápido avance de modelos abiertos chinos como DeepSeek, que están "acelerando la transformación industrial" y el crecimiento de nuevos sectores como la robótica inteligente.
"El libre comercio, superar los desafíos que afectan a todos y la innovación colaborativa son objetivos que ninguna entidad puede lograr por sí sola; todos requieren esfuerzo", aseguró Li.
En la reunión participan altos funcionarios de organismos como el FMI, el Nuevo Banco de Desarrollo, la UNCTAD, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, el BPI, el Banco Mundial y la OMC, entre otros. Cabe la posibilidad de que los participantes mantengan también una reunión con el presidente chino, Xi Jinping, durante su estancia en Pekín.
El "Diálogo 1+10" se celebra un día después de que el Politburó, el segundo escalafón de mando del Partido Comunista de China, avanzara que el país mantendrá en 2026 una política fiscal "más proactiva" y una postura monetaria "moderadamente flexible", en un momento marcado por la debilidad de la demanda interna, los riesgos de deflación y la persistente crisis inmobiliaria.










