El estadio del Amedspor, el equipo de fútbol de la ciudad kurda de Diyarbakir, en Turquía, se ha convertido en un oasis de libertad y expresión cultural para la minoría kurda del país. A pesar de la constante vigilancia policial y los intentos de reprimir cualquier manifestación de identidad kurda, los hinchas del Amedspor logran expresar sus valores y reivindicaciones en cada partido.
Durante los últimos años, marcados por una década de detenciones de políticos kurdos, intervenciones estatales y represión política, el Amedspor se ha convertido en uno de los pocos espacios permitidos para la cultura kurda local. Sus gradas se llenan de pancartas en idioma kurdo y cánticos a favor de líderes políticos encarcelados, como Selahattin Demirtas.
"Para nosotros, el Amedspor es el equipo de todos los kurdos. El equipo representa los valores de la gente kurda y, en un sentido cultural, se ha convertido en un símbolo. En este estadio podemos expresarnos libremente, ser representados ante toda Turquía. Nos sirve como forma de expresión, cuando en otras áreas, como en la lengua o la literatura, se nos ha estado bloqueando constantemente", explica Veysel, un aficionado del equipo.
La situación, sin embargo, no es sencilla. Aunque en los últimos años la tensión ha disminuido desde el inicio del proceso de paz con el PKK, la vigilancia policial sigue presente. Los agentes graban constantemente a los hinchas, especialmente durante el himno nacional, y en el pasado han abierto investigaciones judiciales contra algunos seguidores por no ponerse de pie.
"Tenemos esperanza en este proceso, por supuesto. Pero queremos ver más. Somos muchos los que tenemos dudas, porque aparte de la entrega y quema de armas por parte del PKK, no ha ocurrido nada más. No ha habido otro paso. Por esto tenemos miedo, por el qué podría ocurrir si el proceso falla. Ahora la policía está más relajada en el estadio. Tenemos menos problemas. Pero, ¿y mañana? Tan solo queremos expresar nuestros valores, sin que le importe a nadie, y disfrutar de los partidos tranquilos", comenta Hidayet, líder del grupo de seguidores "Barikat".
A pesar de los desafíos, los hinchas del Amedspor siguen luchando por mantener viva la cultura kurda en un entorno hostil. El estadio se ha convertido en un símbolo de resistencia y un espacio de libertad en medio de la represión que sufre la minoría kurda en Turquía.












