El Gobierno peruano ha generado diversas reacciones en la opinión pública al adoptar el eslogan "¡El Perú a toda máquina!" como de uso obligatorio en todas las entidades del Poder Ejecutivo. La medida, establecida mediante una resolución ministerial de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), ha sido cuestionada por su pertinencia y un eventual uso político o promocional.
La norma dispone que la frase debe figurar en toda publicidad institucional informativa, lo que ha motivado debates sobre su finalidad. Mientras algunos ministros la han defendido como una muestra del compromiso del Gabinete en esta etapa final de gestión, otros han señalado que podría tener un componente de promoción.
El ministro de Cultura, Alfredo Luna, afirmó que el eslogan refleja el compromiso del Gobierno, señalando que "de los 75 días, he trabajado 70. Si tú me dices cómo calificas tu gestión: a toda máquina, porque es un compromiso de cada uno de nosotros para meter todo".
Por su parte, el ministro de la Producción, César Quispe, explicó que la elección del eslogan se dio durante un "compartir" entre los miembros del Gabinete, donde fue debatida y validada de manera consensuada. Quispe precisó que, aunque no fue una decisión formal del Consejo de Ministros, sí fue conocida y deliberada por los titulares de las carteras.
Uno de los puntos centrales de la controversia fue el eventual costo fiscal del nuevo eslogan. Sin embargo, tanto el ministro de la Producción como el de Salud descartaron cualquier impacto presupuestal, argumentando que los procesos administrativos del Estado son mayoritariamente digitales y, por lo tanto, no representan un gasto adicional.
El titular del Ministerio de Salud, Luis Quiroz, señaló que "en la actualidad, todo es digital. No representa ningún gasto adicional, cero soles". Además, aclaró que no se trata de una estrategia de popularidad, sino de un mensaje de unidad y esfuerzo colectivo, asumido por todo el Gabinete.
La adopción de este eslogan en medio de la recta final de la gestión gubernamental ha generado debates sobre su pertinencia y posible uso político. Sin embargo, las autoridades han insistido en que se trata de un compromiso y mensaje de unidad para dejar un país "más ordenado y reconciliado".











