El presidente Javier Milei decidió autorizar aumentos salariales para los funcionarios de su gobierno, pero se excluyó a sí mismo y a la vicepresidenta Victoria Villarruel de dicha medida, manteniendo sus sueldos congelados por tiempo indefinido.
Tras los reclamos sostenidos del Gabinete y las líneas subalternas, Milei finalmente accedió a descongelar los salarios de los funcionarios públicos, una política que había mantenido desde el inicio de su mandato. Sin embargo, el libertario y su vicepresidenta decidieron quedar al margen de este incremento, en un gesto de austeridad.
Según confirmaron fuentes gubernamentales, Milei instruyó que ni él ni Villarroel recibirán aumentos de fin de año, a pesar de que la vicepresidenta había manifestado públicamente su malestar por la situación salarial. "Mi sueldo está congelado hace un año. En breve me pagan dos chirolas y soy vice", había expresado Villarroel en redes sociales.
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, salió a desmentir que el presidente se haya aumentado el sueldo, aclarando que la medida no lo alcanza. Actualmente, Milei percibe un salario de $4.066.018, mientras que Villarroel cobra $3.764.820. Los ministros, secretarios y subsecretarios, en cambio, recibirán incrementos salariales a partir de enero de 2026.
La relación entre el Ejecutivo y la vicepresidenta se encuentra sumamente deteriorada, luego de una serie de desencuentros y acusaciones cruzadas. Villarroel quedó completamente aislada tras la salida del exjefe de Gabinete Guillermo Francos, quien era uno de los pocos funcionarios con los que mantenía diálogo.
En este contexto, el gesto de Milei y Villarroel de mantener sus sueldos congelados busca enviar un mensaje de austeridad y compromiso con el esfuerzo que están realizando los argentinos en medio de la crisis económica que atraviesa el país.











