El Parlamento Centroamericano (Parlacén) se enfrenta a un momento clave en su trayectoria, luego de que El Salvador anunciara su retiro del organismo una vez concluya el actual período de diputados electos. Esta decisión ha generado cuestionamientos sobre la utilidad y el rumbo del Parlacén, en un contexto marcado por cambios políticos en la región.
En una reciente entrevista, el diputado Carlos Barreda, miembro del Parlacén, analizó los retos que enfrenta la institución ante este escenario. Barreda señaló que el retiro de El Salvador plantea un desafío importante para la integración regional, ya que este país ha sido uno de los pilares del Parlacén desde su creación en 1991.
"La salida de El Salvador es un golpe duro para el Parlacén, porque es uno de los países fundadores y que más ha aportado al organismo a lo largo de estos años", afirmó Barreda. "Ahora tenemos que repensar cómo seguir avanzando en la integración centroamericana sin uno de los actores clave".
Uno de los principales cuestionamientos que ha enfrentado el Parlacén en los últimos años es su percepción de ineficacia y falta de resultados concretos. Algunos gobiernos de la región han criticado el alto costo que implica mantener esta institución, argumentando que sus funciones pueden ser asumidas por otros organismos regionales.
"Es innegable que el Parlacén ha tenido dificultades para demostrar su utilidad y relevancia en la agenda regional", reconoció Barreda. "Tenemos que trabajar arduamente para recuperar la confianza de los ciudadanos y de los gobiernos, mostrando que somos un espacio de diálogo y de toma de decisiones que realmente impacta en la vida de las personas".
Ante este panorama, el diputado destacó la necesidad de emprender una profunda reforma del Parlacén, que le permita adaptarse a los nuevos desafíos y reivindicar su papel como motor de la integración centroamericana.
"Necesitamos una revisión integral de nuestras funciones, nuestra estructura y nuestros mecanismos de trabajo", afirmó Barreda. "Tenemos que ser capaces de responder a las demandas de la ciudadanía y de los Estados miembros, fortaleciendo nuestra legitimidad y nuestra capacidad de incidencia en la región".
El anuncio de El Salvador de retirarse del Parlacén ha puesto en jaque la viabilidad del organismo y ha abierto un debate sobre su futuro. Mientras algunos cuestionan su utilidad, otros ven en esta coyuntura una oportunidad para reinventar y revitalizar el Parlamento Centroamericano, con miras a consolidar la integración regional.
