A lo largo de 2025, el precio de los autos 0 km en Argentina aumentó de manera irregular, impactado por tres variables principales: la inflación mensual, la cotización oficial del dólar y las estrategias de cada marca en el mercado.
Dos de esas variables se unificarán a partir de enero de 2026, cuando el Gobierno decida actualizar el piso y el techo de las bandas de flotación del dólar, ancladas a la inflación oficial medida por el Indec. Sin embargo, esto no significa necesariamente que el techo de la banda será el precio del dólar.
"Se ajusta la banda, no el tipo de cambio. Si estás dentro de la banda y no tenés demanda de dólares, el dólar va a quedar de la misma manera. Con lo cual no es que los precios necesariamente van a tener que aumentar todos los meses", explicó Gustavo Salinas, presidente de Toyota Argentina.
La inflación impacta en la estructura de costos fijos de las empresas, como impuestos, servicios, salarios y logística. El valor del dólar, por su parte, afecta de manera diferente a cada compañía, dependiendo del nivel de integración local de componentes.
Además, el volumen de ventas de autos importados y nacionales de cada marca también es clave. Los que venden más vehículos del exterior se ven más afectados por una suba del dólar que aquellos con mayor producción local.
En el caso de los importadores, el 95% de los autos que venden se comercializa en dólares y no en pesos, por lo que sus cuentas están más atadas a la moneda extranjera que a la inflación local.
La tercera variable, el "momento del mercado", es subjetiva y aleatoria, y es la que cada compañía puede manejar a discreción, de acuerdo a su estrategia o necesidad de ventas.
"Nosotros nos desenganchamos del dólar. En los precios de las vans los mantuvimos en pesos y en pesos constantes. O sea que la política comercial de cada compañía es lo que es, lo que define cada uno", comentó Alfonso Prat-Gay, vicepresidente de Prestige Auto.
De hecho, en 2025 hubo varios casos en los que algunas marcas decidieron no aumentar los precios si el momento del mercado no lo justificaba, e incluso hubo casos de aumentos que luego fueron retirados.
El caso más resonante fue el de Stellantis Argentina, que en abril, tras el anuncio de la salida del cepo cambiario, aplicó un aumento del 3,5% que luego redujo al 5,5%, quedando el 6,5% restante para ser absorbido entre la empresa y los concesionarios.
Otras compañías aplicaron aumentos a mitad de mes que no dieron a conocer públicamente, quedando en evidencia cuando se actualizaron los precios del mes siguiente.
En 2026, las actualizaciones de precios deberían ser más previsibles por la convergencia de las bandas del dólar y el IPC. Sin embargo, la variable clave seguirá siendo la estrategia comercial de cada marca para atraer más compradores.










