El exsuperintendente de Pensiones de Costa Rica, Hermes Alvarado, analizó en detalle la prórroga de dos años aprobada por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) para la entrada en vigor de la reforma de Fondos Generacionales del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP).
Alvarado, quien se desempeñó como superintendente entre 2002 y 2009, coincide con el actual superintendente en que este tipo de reformas requieren tiempo para su reflexión y análisis. Sin embargo, señala que implementar los Fondos Generacionales implica realizar otras modificaciones en la regulación, supervisión y operación de las Operadoras de Pensiones (OPC) para armonizarlas con el nuevo diseño.
"La dinámica de los Fondos Generacionales obliga a las OPC a modificar sus políticas y estrategias de inversión y, por lo tanto, sus procesos de administración de riesgos", explicó Alvarado. En ese sentido, consideró que la regulación financiera debe permitir estrategias de inversión altamente diversificadas, principalmente en el mercado internacional.
Alvarado es de los que piensan que el límite actual del 50% del fondo para inversión internacional "no es sostenible bajo un esquema de fondos generacionales". Según el exsuperintendente, no solo debe ampliarse ese límite, sino también las alternativas de inversión, tanto locales como internacionales.
"Yo esperaría que la propuesta de reforma explore ese tema de forma técnica y que se proponga la modificación que corresponda en la Ley de Protección al Trabajador. Este detalle es clave para que la reforma de Fondos Generacionales aumente la tasa de reemplazo al momento de la jubilación", señaló.
Por otra parte, Alvarado advirtió que la reforma de Fondos Generacionales debe resolver el problema existente en la etapa de la prestación o el disfrute de los beneficios en el momento de la jubilación. "Muchas veces se confunde este momento como el retiro masivo de los fondos. Cuidado si no, el disfrute de los recursos del ROP, cuyo fin es previsional, es la etapa más importante para el pensionado", enfatizó.
Además, el exsuperintendente consideró que la reforma representa un importante desafío para los reguladores y supervisores en la implementación efectiva de la supervisión basada en riesgos. "Si el modelo de supervisión soslaya solamente en una revisión tácita de un check-list para validar el cumplimiento y no se profundiza en la calidad de gestión de riesgos de las operadoras de pensiones, la visión prospectiva en la toma de decisiones de dichos gestores y el análisis técnico de dichas instituciones, se corre el riesgo de que la reforma de Fondos Generacionales no logre su objetivo", advirtió.
Finalmente, Alvarado señaló que el actor más importante, el trabajador, no puede ser descuidado. "La reforma debe diseñarse en un marco de educación al trabajador. A diferencia de campañas de información, la Superintendencia de Pensiones y la industria de las operadoras de pensiones deben trabajar en temas de educación previsional y los riesgos inherentes de un modelo de Fondos Generacionales", concluyó.
