La Asamblea Nacional de Venezuela se ha visto sumida en una creciente polarización a raíz de la disputa entre las diferentes comisiones legislativas por la fiscalización del Gobierno. En esta compleja situación, el papel del Consejo de Administración Legislativa (CAL) ha sido fundamental a la hora de asignar y reasignar los casos a las distintas comisiones.
La fuente señala que "en la tarea de fiscalizar al Gobierno, el papel del Consejo de Administración Legislativa es clave al momento de asignar y reasignar los casos a las comisiones". Esta dinámica ha generado una profunda división entre los bloques políticos que conforman la Asamblea Nacional, lo que ha dificultado el ejercicio de la función fiscalizadora.
Según analistas, la polarización ha sido alimentada por intereses políticos y estrategias partidistas, que han priorizado la confrontación sobre la búsqueda de soluciones. Esto ha derivado en una parálisis de la labor legislativa y en una creciente desconfianza de la ciudadanía hacia sus representantes.
"La Asamblea Nacional se ha convertido en un campo de batalla, donde los distintos grupos políticos luchan por imponer su agenda en lugar de trabajar de manera conjunta por el bien del país", señala un experto en temas legislativos.
La disputa por la fiscalización del Gobierno ha llevado a que algunas comisiones se nieguen a atender casos asignados por el CAL, alegando sesgos o falta de imparcialidad. Esto ha generado un bloqueo en el proceso de rendición de cuentas y ha debilitado aún más la credibilidad de la institución.
Analistas coinciden en que la salida a esta crisis pasa por un diálogo sincero entre los diferentes bloques políticos, que permita encontrar mecanismos de fiscalización efectivos y alejados de intereses partidistas. Solo así, señalan, se podrá recuperar la confianza de los ciudadanos en sus representantes y avanzar en la construcción de una democracia más sólida.












