El Gobierno de Panamá ha ordenado la inmediata restauración del monumento chino ubicado en el Mirador del Puente de las Américas, luego de que este fuera demolido por la Alcaldía de Arraiján sin previo aviso ni coordinación con las autoridades nacionales.
En un comunicado oficial, el Ejecutivo panameño rechazó de manera expresa la destrucción de este elemento cultural ancestral que representa a la comunidad china, con 171 años de presencia en el país. El Gobierno consideró que este monumento forma parte esencial de la memoria histórica y social de Panamá, y que su demolición se realizó de manera unilateral, sin diálogo ni comunicación con los sectores involucrados.
"En consecuencia se ordena la inmediata restauración del monumento en su mismo lugar, coordinando acciones con la Comunidad China de Panamá y el Ministerio de Cultura", indicó el comunicado.
La medida adoptada por la Alcaldía de Arraiján, que argumentó riesgos estructurales y de seguridad en el mirador, provocó un amplio rechazo de la comunidad chino-panameña, así como reacciones del presidente José Raúl Mulino, de la Cancillería panameña y de la embajadora de China en Panamá, Xu Xueyuan, quien expresó su "gran dolor" y calificó la fecha como un día "ensombrecido" para los chino-panameños.
En ese contexto, el Gobierno reiteró su compromiso con la preservación de los derechos culturales, los cuales calificó como derechos humanos, y anunció que coordinará acciones con la Comunidad China de Panamá y el Ministerio de Cultura para adelantar las gestiones necesarias que permitan la reconstrucción del monumento, como muestra de respeto a la comunidad que representa.
La ministra de Cultura, Maruja Herrera, anunció que impulsarán el diálogo y las acciones para recuperar la memoria y el aporte de China en Panamá. "Desde el Ministerio de Cultura reafirmamos nuestro compromiso con la memoria histórica, el respeto a la diversidad cultural y la protección del tejido social nacional y global que nos une como país", expresó.
Finalmente, el Ejecutivo instó a la Alcaldía de Arraiján a escuchar a todas las comunidades y a preservar el patrimonio cultural y los derechos culturales, subrayando que estos símbolos representan la diversidad que engrandece a Panamá y forman parte esencial de su memoria histórica y social.
