La Iglesia católica y organizaciones en la frontera sur de México han detectado grandes asentamientos de migrantes provenientes de Haití, Cuba, Venezuela, Guatemala y El Salvador que están impactando en zonas parroquiales en la ciudad de Tapachula, Chiapas.
César Augusto, responsable de la Diócesis de la Pastoral de la movilidad humana en Tapachula, ha señalado que esta situación está generando una crisis humanitaria en la región. "Hemos visto cómo cada vez más migrantes llegan a la ciudad y buscan refugio en nuestros templos. Esto ha sobrepasado nuestra capacidad de atención y está generando problemas de hacinamiento, salubridad y seguridad", explicó.
Según los informes, los migrantes han ocupado los atrios, patios y espacios aledaños a las iglesias, lo que ha dificultado el desarrollo normal de las actividades religiosas. Además, la presencia de estos grupos ha generado tensiones con la población local, que se siente desbordada por la situación.
"Entendemos la difícil situación que enfrentan estos migrantes, pero nuestra infraestructura no está diseñada para albergar a tantas personas. Necesitamos una respuesta integral del gobierno que atienda esta crisis humanitaria de manera urgente", señaló el padre César.
Las autoridades locales han reconocido la gravedad del problema y han anunciado la implementación de un plan de acción para brindar asistencia a los migrantes. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han criticado la lentitud de la respuesta y han exigido medidas más contundentes para garantizar la protección y el bienestar de esta población vulnerable.
"Estamos ante una situación que requiere de la solidaridad y el compromiso de toda la sociedad. No podemos dejar solos a estos migrantes que huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen", concluyó el responsable de la Pastoral de la movilidad humana.












