La melatonina, ampliamente utilizada como remedio natural para los trastornos del sueño, ha generado preocupación entre los expertos por sus efectos sobre la salud cardiovascular. Si bien algunos estudios sugieren posibles beneficios, como la reducción de la presión arterial nocturna en personas con hipertensión, también se han reportado riesgos, especialmente en consumos prolongados.
Según un análisis observacional presentado en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón de 2025, los adultos con insomnio que utilizaron melatonina durante al least un año tuvieron un riesgo aproximadamente 90% mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca en los cinco años siguientes, en comparación con quienes no la consumieron. Aunque estos estudios no prueban causalidad, la magnitud de la asociación es lo suficientemente grande como para generar alarma, sobre todo en personas con riesgo cardiovascular previo.
La melatonina actúa a nivel molecular, uniéndose a receptores presentes en el sistema cardiovascular y modificando funciones como el tono vascular, la frecuencia cardíaca y la señalización del sistema nervioso autónomo. Sin embargo, la respuesta a este suplemento varía considerablemente entre individuos, en función de la dosis, el momento de administración, la formulación y la presencia de otros medicamentos.
Algunos estudios han sugerido efectos antioxidantes y antiinflamatorios de la melatonina, con potencial para reducir lesiones cardíacas tras un infarto o mejorar síntomas en personas con insuficiencia cardíaca. No obstante, la relevancia clínica de estos hallazgos aún no se ha confirmado de manera robusta.
Ante este panorama, los expertos recomiendan cautela en el uso de melatonina, especialmente en personas con enfermedades cardiovasculares o que toman múltiples medicamentos. Se aconseja elegir siempre la dosis más baja, evitar tratamientos prolongados, tomar la melatonina entre 30 y 90 minutos antes de dormir y optar por productos verificados por laboratorios independientes. Además, se recomienda monitorear la presión arterial y la frecuencia cardíaca durante su uso.
En general, los especialistas insisten en que mantener hábitos de vida saludables, como la actividad física regular, una alimentación equilibrada y un descanso adecuado, continúa siendo la base fundamental del cuidado cardiovascular. Mientras la investigación avanza, la melatonina puede ser una opción útil, pero siempre bajo supervisión médica y con precaución.












