En 1511, en la isla de La Española (actual República Dominicana), el fraile dominico Antonio de Montesinos pronunció un histórico sermón que marcaría un hito en la defensa de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos indígenas en América.
Conocido como el "Sermón de Adviento", este discurso denunció los abusos y la explotación a la que eran sometidos los nativos por parte de los colonizadores españoles. Montesinos, de manera valiente y contundente, cuestionó la legitimidad de la Corona española para someter a los indígenas y reclamó el reconocimiento de su humanidad y derechos.
"¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas?", preguntó Montesinos desde el púlpito, desafiando directamente a los encomenderos y a las autoridades coloniales.
Este sermón, que se considera uno de los primeros y más contundentes alegatos en defensa de los derechos humanos en el Nuevo Mundo, tuvo un profundo impacto en la época. Generó una fuerte reacción entre los colonizadores, quienes intentaron silenciar al fraile, pero también despertó la conciencia de algunos sectores de la Corona española sobre la necesidad de proteger a los pueblos indígenas.
Las ideas expuestas por Montesinos en su sermón fueron retomadas y desarrolladas posteriormente por otros pensadores y teólogos, como Bartolomé de las Casas, quienes continuaron la lucha por la defensa de la dignidad y los derechos de los nativos americanos.
El Sermón de Adviento de 1511 se convirtió así en un hito fundamental en la historia de los derechos humanos, al cuestionar de manera frontal la legitimidad de la conquista y el sistema de explotación impuesto por los colonizadores. Su legado sigue resonando en la actualidad, como un poderoso recordatorio de la importancia de defender la dignidad y los derechos de todos los seres humanos, sin distinción.
