El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha expresado su firme rechazo a la demolición del monumento chino ubicado en el Puente de las Américas, calificando el hecho como un "acto injustificado" y una "barbaridad". A través de sus redes sociales, el mandatario subrayó que la comunidad china forma parte de la historia y tradición del país, y merece todo el respeto de las autoridades.
Según Mulino, no existe justificación alguna para la acción ejecutada por la alcaldesa de Arraiján, y consideró que se debe iniciar una investigación de manera inmediata para esclarecer las circunstancias que rodearon la demolición del monumento. El presidente reiteró su rechazo a lo sucedido, calificando el hecho como "imperdonable semejante acto de irracionalidad".
La demolición del monumento chino ha generado una ola de indignación y preocupación en la comunidad panameña, especialmente entre los ciudadanos de ascendencia asiática. Muchos han expresado su desconcierto y rechazo a la decisión de las autoridades locales, argumentando que el monumento era un símbolo de la importante contribución de la comunidad china a la historia y desarrollo de Panamá.
Expertos en relaciones internacionales y asuntos culturales han señalado que este tipo de acciones pueden tener repercusiones negativas en las relaciones diplomáticas y comerciales entre Panamá y China, uno de los principales socios económicos del país. Asimismo, han advertido que la destrucción de patrimonio cultural puede ser interpretada como un acto de intolerancia y discriminación, lo cual podría dañar la imagen y reputación internacional de Panamá.
En este contexto, el llamado del presidente Mulino a investigar los hechos y sancionar a los responsables de la demolición del monumento chino adquiere una gran relevancia. Tanto la comunidad china como la sociedad panameña en general esperan que se haga justicia y se tomen las medidas necesarias para evitar que este tipo de incidentes vuelvan a ocurrir en el futuro.










