A pesar de la reciente liberación de decenas de presos políticos en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro ha intensificado en los últimos días las detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de opositores y ciudadanos comunes, sumiendo a más familias en la incertidumbre y el sufrimiento.
Según información recopilada, en las últimas horas se han confirmado la excarcelación de al menos 45 personas, mientras que en paralelo, los organismos de seguridad del régimen han recibido órdenes de "desaparecer" a líderes sociales, políticos y ciudadanos opositores cuando transitan por las calles, evitando los allanamientos domiciliarios para dificultar su denuncia.
Esta práctica terrorífica responde a una planificación del régimen para mantener a la población en un estado de terror generalizado, donde nadie se siente a salvo. Las víctimas son capturadas sin debido proceso y mantenidas en condición de secuestro por días, mientras sus familias sufren la angustia de no saber su paradero.
"En Venezuela no hay ciudadanos exonerados o estructuralmente libres. No hay inocentes. Dentro del territorio venezolano, todos viven en estado de amenaza, no importa si tienen o no actividad política", denuncia el texto.
Las familias de los desaparecidos enfrentan además el drama de tener que humillarse, pagar sobornos y conceder incluso favores sexuales a los carceleros para poder mantener con vida y recibir atención médica a quienes permanecen encerrados en las deplorables condiciones de las cárceles del régimen.
Mientras se celebra el regreso a sus hogares de algunos presos políticos, es inevitable lamentar el infierno que otros ciudadanos venezolanos acaban de comenzar a transitar, víctimas de la perversa maquinaria de detenciones y torturas impulsada personalmente por Maduro, Cabello y otros altos funcionarios.
