La mercancía retenida por la Autoridad Nacional de Aduanas de Panamá durante 2025 vuelve a poner en evidencia el impacto del contrabando en la recaudación fiscal y la seguridad económica del país. Según la directora de la entidad, Soraya Valdivieso, este fenómeno le cuesta al Estado panameño entre 200 y 400 millones de dólares al año, una estimación que estaría "más cerca de los 400".
En una entrevista con el diario La Prensa, Valdivieso advirtió que el contrabando es un problema transversal que afecta desde los ingresos fiscales hasta el empleo formal y la seguridad nacional. "Estamos hablando de couriers, contrabando de cigarrillos, licor, celulares, productos electrónicos y agropecuarios. Todo eso es dinero que no entra al fisco", explicó.
La mercancía retenida por Aduanas en operativos contra el contrabando alcanzó un valor de 42.6 millones de dólares entre julio de 2024 y noviembre de 2025, según las estadísticas oficiales. Esto refleja la magnitud de los decomisos realizados por la Dirección de Prevención y Fiscalización Aduanera en puertos, aeropuertos y pasos fronterizos.
Dentro de estos decomisos, los cigarrillos de contrabando tuvieron un peso importante, con 11.1 millones de dólares reportados entre enero y diciembre de 2025. Esto confirma las alertas de Aduanas sobre la alta rentabilidad del tabaco ilícito y su vínculo con estructuras criminales que operan a escala nacional y regional.
A pesar de estos esfuerzos, la recaudación de gestión aduanera entre enero y noviembre de 2025 alcanzó 1,323 millones de dólares, lo que representa un incremento de 55 millones de dólares en comparación con el mismo período de 2024. Esto evidencia que el contrabando sigue siendo una amenaza significativa para los ingresos fiscales del país.
Valdivieso señaló que el contrabando también alimenta la informalidad y el desempleo, ya que "todo va al mercado negro y a la economía informal, generando menos empleo formal y debilitando la estructura productiva del país".
Para combatir este flagelo, la directora de Aduanas indicó que su gestión se enfoca en una transformación profunda de la institución, históricamente afectada por prácticas clientelistas. Esto incluye un relevo generacional y técnico, así como la implementación de programas de retiro voluntario y la creación de una academia aduanera.
Además, Valdivieso destacó la importancia del trabajo en equipo entre Aduanas, el Ministerio Público y los estamentos de seguridad para contrarrestar el contrabando, que se ha convertido en una de las principales vías de lavado de activos y está vinculado a otras actividades delictivas como el narcotráfico y el fraude marcario.











