El primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, reconoció el desempeño de la agricultura urbana en el fomento de una cultura alimentaria y nutricional de la población. Según Marrero, la iniciativa impulsada por el general Raúl Castro en 1987 ha demostrado su validez y cercanía a la familia, ocupando hoy 20.000 hectáreas en todo el país.
La agricultura urbana en Cuba se ha consolidado como un movimiento que ha logrado poblar de huertos y jardines de hortalizas las ciudades, acercando los alimentos a las comunidades. Sin embargo, algunos expertos y ciudadanos señalan que aún quedan desafíos por superar para que los resultados se vean reflejados en la mesa del pueblo, especialmente de los sectores más vulnerables.
El vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca destacó durante la celebración del 38 aniversario de la agricultura urbana en Pinar del Río que se han recuperado los grandes organopónicos y surgido nuevas parcelas que aportan alimentos a las comunidades. No obstante, algunos testimonios indican que la oferta de vegetales ha mermado en variedad y cantidad en ciertas regiones, y que en ocasiones los productos comercializados no provienen directamente de estos huertos urbanos.
"La agricultura urbana es una fuente de nutrientes antioxidantes importantes, pero hoy no es un movimiento que esté tan fuerte como años anteriores", comentó un colaborador de Cubadebate. Otro lector señaló que en ciudades como Santa Clara la agricultura urbana "no existe" y la poca comida disponible se encuentra en los mercados informales a precios altos.
Estos contrastes reflejan que, si bien la agricultura urbana ha sido una iniciativa destacada, aún quedan retos por delante para consolidar su impacto en la seguridad alimentaria y la soberanía nutricional de la población cubana. Expertos y autoridades coinciden en la necesidad de fortalecer este movimiento y garantizar que sus beneficios lleguen de manera equitativa a todos los sectores.












