A partir del 1 de enero de 2026, los trabajadores asalariados y los patronos en Costa Rica deberán aumentar sus cotizaciones al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), el sistema que financia las pensiones básicas en el país.
Este incremento de 0,32 puntos porcentuales, distribuido a partes iguales entre trabajadores (+0,16%) y patronos (+0,16%), forma parte de los ajustes aprobados en 2019 con el objetivo de mantener la sostenibilidad del sistema de pensiones. Adicionalmente, el Estado aportará un 0,18% adicional, sumando un total de 0,5 puntos porcentuales.
Con este ajuste, la contribución patronal pasará de 5,42% a 5,58% del salario, mientras que la de los trabajadores aumentará de 4,17% a 4,33%. Además, la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) aprobó un incremento del 11,36% al 11,66% en el aporte de los trabajadores independientes.
Más allá de este aumento inmediato, la Gerencia de Pensiones de la CCSS está trabajando en una propuesta de reforma más amplia al sistema IVM, que esperan enviar a la Junta Directiva en abril de 2026 para su eventual aprobación o rechazo.
Según el gerente de Pensiones, Jaime Barrantes, las eventuales reformas se enfocarían en el rebalanceo de cuotas entre trabajadores y patronos, así como en el monto de la pensión que reciben las personas jubiladas. Sin embargo, no se contemplarían cambios en la edad de retiro, pues ese aspecto fue reformado recientemente.
Uno de los factores clave que analiza la Gerencia es el eventual debilitamiento del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROPC), luego de que el Gobierno convocara dos proyectos de ley que permitirían el retiro total de los fondos de ese régimen. De desaparecer el ROPC, advierten que sería necesario aumentar entre un 16% y un 20% el monto actual de la pensión del IVM para poder cubrirlo.












