Sao Paulo, la ciudad más poblada de América Latina, acaba de romper por segundo día consecutivo su récord de temperatura máxima para un mes de diciembre, alcanzando los 36,2 C en medio de una ola de calor que azota a la región.
Este nuevo registro, que supera el anterior de 35,9 C establecido el pasado jueves, día de Navidad, evidencia la intensidad del actual episodio de calor extremo que está afectando a los más de 12 millones de habitantes de la metrópoli brasileña.
"Ah, el calor está para asarse uno vivo!", expresó Ioni Xavier, una trabajadora de 54 años, reflejando el malestar generalizado entre la población ante las asfixiantes temperaturas.
La ola de calor que afecta a Sao Paulo se enmarca en una alerta roja emitida por el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) para toda la región sudeste de Brasil, que incluye también a la segunda ciudad más importante del país, Río de Janeiro. Según la entidad, estas elevadas temperaturas representan un "riesgo para la salud" en la zona.
La situación se ve agravada por el hecho de que Sao Paulo se encuentra actualmente bajo un racionamiento de agua, luego de un año con las menores lluvias en la última década. Esto evidencia cómo el cambio climático y la hiperurbanización están afectando cada vez más a esta megaciudad, que sufre los efectos de olas de calor, sequías e intensos temporales con inundaciones y cortes eléctricos.
Científicos advierten que el calentamiento global y la expansión descontrolada de la ciudad están elevando significativamente la temperatura en Sao Paulo, lo que representa un desafío cada vez mayor para las autoridades y la población en su conjunto.
Ante este escenario, los habitantes de Sao Paulo se ven obligados a buscar refugio en ventiladores, purificadores de aire y otras estrategias para intentar sobrellevar las agobiantes condiciones climáticas, mientras esperan que las autoridades tomen medidas efectivas para hacer frente a los efectos del cambio climático en la ciudad.
