El hospital Al Awda, ubicado en el norte de la Franja de Gaza, se ha visto obligado a suspender la mayoría de sus servicios esta semana debido a la falta de combustible para operar sus generadores de respaldo. Esta situación se da en un contexto de restricciones a la ayuda humanitaria, nuevos ataques y un alto el fuego cuya aplicación sigue siendo parcial.
El director del centro, Ahmed Muhanna, declaró que el personal tuvo que detener la atención en varios departamentos "con el corazón apesadumbrado", ante la imposibilidad de garantizar una atención segura sin electricidad constante. Solo se mantienen activos los servicios de emergencias y maternidad, con el objetivo de preservar la atención vital mínima.
La escasez de combustible es solo una de las múltiples crisis que enfrenta el sistema de salud en Gaza. Según el director general del Ministerio de Salud de Gaza, Munir Al-Barsh, el sector sanitario enfrenta una escasez generalizada de medicamentos y suministros médicos, especialmente insumos quirúrgicos. Casi tres cuartas partes de los insumos esenciales siguen sin estar disponibles, faltando desde anestésicos hasta soluciones médicas y gasas.
Al-Barsh calificó la situación hospitalaria como "trágica y horrorosa" y advirtió que se trata de la emergencia sanitaria más grave en al menos 30 años. En los últimos meses, los bombardeos han provocado el cierre total o parcial de la mayoría de los hospitales y centros de salud de la Franja.
A fines de septiembre, fuerzas israelíes atacaron la entrada del hospital Al Awda, dejando a varios trabajadores heridos. Estas acciones se suman a los recientes ataques con drones que han dejado víctimas mortales, en violación del alto el fuego acordado en octubre.
Pese al acuerdo de alto el fuego, que contemplaba la entrada diaria de 600 camiones de ayuda humanitaria, incluidos alimentos, suministros médicos y combustible, los datos oficiales indican que solo han ingresado 17.819 camiones, frente a los 42.800 previstos. En el caso del combustible, la brecha es aún mayor, con apenas el 10% del volumen pactado.
Esta escasez de insumos y la persistencia de los ataques amenazan con colapsar por completo el ya frágil sistema de salud en Gaza. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras advierten que nuevas restricciones impuestas por Israel podrían impedir que ONG internacionales operen en la Franja a partir de 2026, poniendo en riesgo la atención médica de casi medio millón de personas.
