Los anfitriones del Mundial 2026, programado para el verano boreal en Estados Unidos, México y Canadá, prevén altas temperaturas, un riesgo para los aficionados y los jugadores, además de un reto organizativo que aún presenta incógnitas.
El estudio publicado en el International Journal of Biometeorology menciona una "seria preocupación por la salud de los jugadores y árbitros en el Mundial 2026 vinculada a calores extremos" e identifica seis sedes "de alto riesgo": Monterrey (México), Miami, Kansas City, Boston, Nueva York y Filadelfia. En estas ciudades, se prevé que durante el torneo se alcancen temperaturas superiores a 35 grados en termómetros de bulbo húmedo (WGBT), un límite considerado el tope de la adaptación humana al calor.
Para hacer frente a esta situación, la FIFA ha decidido instaurar pausas de hidratación en los minutos 22 y 67 de todos los partidos mundialistas, independientemente de las condiciones climáticas. Además, el calendario del torneo ha priorizado los horarios en pleno día para los juegos en estadios climatizados (Dallas, Houston, Atlanta) y las horas más frescas de la tarde en las zonas de mayor riesgo.
Sin embargo, el riesgo no se limita solo a los jugadores. Los aficionados en los estadios y las fan-zones también enfrentan un peligro potencial, ya que generan calor con sus ánimos y, a diferencia de los atletas, pueden tener "comorbilidades" que los expongan a golpes de calor mortales.
Ante esta situación, la FIFA y los organizadores locales están trabajando en estrecha colaboración con meteorólogos y equipos de gestión de catástrofes para asegurar la seguridad de todos los asistentes. Se están evaluando medidas como la posibilidad de que los fanáticos puedan ingresar con botellas recargables y la implementación de sistemas de alerta temprana según las previsiones climáticas.
El Mundial de Clubes 2025 celebrado en Estados Unidos sirvió como un ensayo de lo que podría ocurrir en el Mundial 2026, y las críticas de jugadores y entrenadores por las condiciones extremas han llevado a la FIFA a tomar medidas para proteger la salud de todos los participantes. Sin embargo, el desafío sigue siendo considerable, y los organizadores deberán estar preparados para enfrentar los riesgos que plantea el calor extremo en algunas de las sedes.
