Las autoridades israelíes han detenido a Vadim Kupriyanov, un residente de Rishon LeZion, por presuntamente haber entregado imágenes tomadas en varias ciudades de Israel, incluyendo las inmediaciones de la vivienda del ex primer ministro Naftali Bennett, a petición de la Inteligencia iraní.
Según la información proporcionada por la policía local, Kupriyanov habría recibido el encargo de adquirir una cámara especial para automóviles y tomar fotografías en diferentes lugares, a cambio de dinero proveniente de supuestos contactos iraníes. Las autoridades lo acusan de cometer delitos relacionados con la seguridad nacional.
El ex jefe del gobierno israelí, Naftali Bennett, se refirió al caso a través de su cuenta en la red social X, donde publicó: "Los esfuerzos de Irán para dañarme no me detendrán en mi misión vital". Esto llega después de que Bennett también fuera víctima reciente de un ciberataque que permitió a los delincuentes acceder a su cuenta de Telegram y obtener información privada.
La investigación reveló que Kupriyanov no solo habría recolectado fotografías cerca de la vivienda de Bennett, sino también en su ciudad de residencia y en otras urbes, siempre como parte de la colaboración propuesta desde el exterior. El intercambio tendría como recompensa diversas cantidades de dinero.
Este caso se enmarca en un contexto de vigilancia reforzada por parte de las autoridades israelíes ante amenazas externas. En los últimos meses, se han desmantelado varios complots relacionados con organizaciones iraníes, incluyendo intentos de reclutar a ciudadanos israelíes para atentar contra figuras destacadas, como el actual primer ministro Benjamin Netanyahu.
La policía ha subrayado la gravedad de los hechos imputados a Kupriyanov y ha advertido que estas actividades se están investigando en profundidad, con el objetivo de determinar si existen otros individuos implicados en tareas similares. Las autoridades de seguridad han reiterado su preocupación por las iniciativas de actores extranjeros que buscan captar a ciudadanos israelíes a través de Internet y mensajería cifrada.
El arresto de Kupriyanov abre nuevas líneas de investigación sobre el alcance de las redes de espionaje y la posible existencia de otros colaboradores dentro de Israel. El análisis de los dispositivos electrónicos incautados y de las transacciones económicas detectadas forma parte de las pesquisas destinadas a reconstruir la estructura de los contactos mantenidos con elementos asociados a la inteligencia iraní.
Además, este caso reactiva el debate interno en la sociedad israelí sobre el nivel de vigilancia ejercida sobre figuras del gobierno y ciudadanos susceptibles de ser objeto de captación por servicios de inteligencia extranjeros. Las autoridades han instado a la población y a los funcionarios públicos a extremar las precauciones en el manejo de la información privada y alertar ante cualquier contacto sospechoso o intento de extorsión digital.
Las investigaciones continúan abiertas para determinar la magnitud de las operaciones fomentadas desde el exterior, así como la posible extensión de estas actividades en otras regiones del país. El fortalecimiento de los protocolos de protección para altos funcionarios y la actualización de las herramientas tecnológicas para detectar espionaje y ciberataques son algunas de las medidas adoptadas por los servicios de seguridad israelíes.
