El Gobierno de China acusó a Estados Unidos de "violar el derecho internacional" por la reciente incautación de buques petroleros venezolanos, en medio de las tensiones entre ambos países por la crisis en Venezuela.
El portavoz de la Cancillería china, Lin Jian, declaró que su país "se opone sistemáticamente a las sanciones unilaterales ilegales que carecen de fundamento en el derecho internacional y no cuentan con la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas".
China describió la acción de Estados Unidos como "una incautación arbitraria de los buques de otro país", refiriéndose a la persecución de un tercer petrolero venezolano en el mar Caribe el pasado 21 de diciembre.
"Venezuela tiene derecho a desarrollar de forma independiente una cooperación mutuamente beneficiosa con otros países", agregó el portavoz chino, al tiempo que aseguró que la "comunidad internacional comprende y apoya la posición de Venezuela en la salvaguardia de sus derechos e intereses legítimos".
La tensión se remonta al sábado 21 de diciembre, cuando la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, informó sobre la confiscación del tanquero con bandera panameña Centuries, que según la Casa Blanca, se trataba de un buque con "bandera falsa" parte de "la flota fantasma venezolana para traficar petróleo robado y financiar el régimen narcoterrorista" del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Días antes, el 10 de diciembre, Estados Unidos había incautado el buque sancionado Skipper y confiscado el crudo que transportaba. Posteriormente, el presidente Donald Trump anunció un bloqueo total a la entrada y salida de este país a buques petroleros sancionados por el Gobierno estadounidense, como parte de la presión que ejerce sobre el Gobierno de Maduro.
China, uno de los principales aliados de Venezuela, ha condenado enérgicamente estas acciones, calificándolas como una violación del derecho internacional y una "intimidación unilateral" que atenta contra la soberanía y seguridad de otros países.
La disputa entre Estados Unidos y China por la crisis venezolana se enmarca en un contexto de creciente tensión geopolítica entre las dos superpotencias, que compiten por la influencia en América Latina y otras regiones del mundo.
