El proceso electoral en Honduras se encuentra sumido en una grave crisis de legitimidad después de que el candidato opositor Salvador Nasralla desconociera este lunes los resultados preliminares divulgados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que favorecen por estrecho margen a su contrincante del derechista Partido Nacional (PN), Nasry Asfura.
Con el 99,92% de las actas escrutadas, Asfura encabeza la contienda con 1.396.390 votos (40,33%), seguido de Nasralla, que suma 1.366.162 sufragios (39,45%). En tercer lugar se ubica la aspirante del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, con 665.354 votos (19,21%).
Nasralla, quien gozaba de amplias proyecciones para ganar los comicios, denunció un "fraude" electoral y exigió al CNE realizar un recuento voto por voto de las 19.167 juntas receptoras de votos. Sin embargo, sus demandas no han sido atendidas hasta el momento.
La posición de Nasralla ha generado una profunda fractura al interior del Partido Liberal (PL), con algunos de sus líderes más influyentes, como Roberto Contreras y Yani Rosenthal, inclinándose por reconocer el triunfo de Asfura y negociar ministerios en un eventual gobierno nacionalista.
Analistas consideran que esta división en el PL debilita aún más las posibilidades de Nasralla de revertir los resultados, especialmente ante el apoyo que recibe Asfura de las consejeras electorales Ana Hall y Cossette López, representantes del bipartidismo liberal-nacionalista que domina el CNE.
Pese a los evidentes indicios de fraude e ilegalidades denunciados por el magistrado del partido Libre, Marlon Ochoa, el organismo electoral tiene hasta el próximo 30 de diciembre para declarar oficialmente los resultados de los comicios en Honduras, en medio de un escenario de creciente tensión y polarización política.











