Según documentos judiciales recién desclasificados, los presuntos autores del ataque en la playa australiana de Bondi Beach habían planeado el atentado "meticulosamente" durante meses, incluyendo el uso de explosivos y entrenamiento previo con armas de fuego.
Los documentos revelan que Naveed Akram, de 24 años, y su padre Sajid Akram, quien murió en el lugar, realizaron un reconocimiento de la zona dos días antes del ataque y llevaron consigo explosivos y armas de fuego, entre ellos una "bomba con forma de pelota de tenis" que no llegó a detonar.
Las autoridades alegan que las grabaciones muestran a los hombres haciendo declaraciones sobre sus motivaciones y condenando "actos de los sionistas", así como practicando tiro en una zona rural semanas antes del atentado.
El ataque, ocurrido el 14 de diciembre durante una celebración de Hanukkah, dejó un saldo de 15 personas muertas y decenas de heridos. Naveed Akram fue acusado de 59 delitos, incluyendo 15 cargos de asesinato y uno de terrorismo.
La comunidad judía ha criticado al primer ministro australiano, Anthony Albanese, por no tomar suficientemente en serio las amenazas antisemitas, y se han planteado preguntas sobre el manejo de la información de inteligencia previa al ataque.
Albanese prometió trabajar para proteger a la comunidad judía y propuso nuevas leyes contra el extremismo, mientras que el estado de Nueva Gales del Sur debate restricciones más estrictas sobre armas y protestas.











