El príncipe William y Kate Middleton, duques de Cambridge, han cambiado de residencia durante el último trimestre de 2025, trasladándose junto a sus tres hijos a Forest Lodge, una propiedad de la realeza ubicada en Windsor Great Park. Esta decisión responde a la carga emocional que representaba su antigua vivienda, Adelaide Cottage, asociada a momentos difíciles en la familia real.
La mudanza se produce en un periodo marcado por varios acontecimientos que afectaron a la monarquía británica desde 2022, cuando William y Kate se instalaron en Adelaide Cottage. Ese año coincidió con la muerte de la reina Elizabeth II, seguida de la presentación de una serie documental por parte del príncipe Harry y Meghan Markle, que expuso conflictos internos de la familia real. En 2023, Harry publicó su libro autobiográfico con nuevas revelaciones sobre la monarquía.
Además, en 2024 el rey Carlos III anunció su diagnóstico de cáncer, mientras que Kate Middleton enfrentó su propia enfermedad de manera privada, comunicándola públicamente en marzo de ese año, después de preparar emocionalmente a sus hijos. La presión mediática y las especulaciones en redes sociales intensificaron este periodo.
Tras la remisión del cáncer de Kate, la pareja decidió trasladarse a Forest Lodge, una propiedad de ocho habitaciones que podría convertirse en la residencia definitiva de la familia, incluso cuando el príncipe William asuma el trono. La princesa de Gales ha expresado su entusiasmo por los planes de decoración que iniciarán después de Navidad, mientras que el príncipe William ha reconocido que las renovaciones han resultado complejas debido a imprevistos.
La elección de una mesa para 24 personas en Forest Lodge refleja la intención de Kate Middleton de recibir a toda la familia y fortalecer la vida doméstica, lo que ha sido interpretado por expertos como una señal de un estilo de vida centrado en los hijos.
El año 2025 marca un punto de inflexión para la pareja, con el anuncio del éxito del tratamiento contra el cáncer de la princesa de Gales en enero. Desde entonces, Kate Middleton ha retomado de forma gradual los compromisos oficiales junto a su esposo, mientras atienden asuntos cotidianos como la educación de sus hijos.
A pesar de haber superado una etapa compleja, la monarquía británica aún enfrenta desafíos de salud, ya que el rey Carlos III continúa en tratamiento, aunque ha comunicado que en el próximo año reducirá la intensidad debido a un pronóstico favorable.
