Mientras el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela enfrenta una creciente presión internacional, los analistas advierten que el líder chavista tiene pocas opciones de exilio. Tras el anuncio del bloqueo de Estados Unidos contra buques petroleros sancionados que salgan o entren a Venezuela, el posible exilio de Maduro, a quien le quedan pocos aliados, depende de garantías que no pueden prometer los gobiernos.
Varios países como Bielorrusia, Colombia y Panamá han abierto la puerta a Maduro, pero el abogado internacionalista Mariano de Alba señala que, al menos por ahora, "se percibe muy difícil" un asilo negociado del mandatario venezolano. De hecho, el especialista no cree que esa opción "se haya planteado seriamente" dentro del chavismo.
Si Maduro tuviera voluntad de exiliarse, buscaría garantías de ser recibido y no extraditado en el futuro. Un asilo implicaría "una apuesta" a que el país de acogida no cambiará su política ni entregará al líder chavista como "ficha de negociación".
Los destinos más probables, según De Alba, serían Rusia, Irán, Turquía o China, con los que "sigue habiendo una alianza política importante". Rusia sería "la opción más clara" y quizás "la más segura para Maduro y su entorno", pues ya acogió al exmandatario sirio Bashar Al Asad.
Sin embargo, la investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) por presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela desde 2017 "minimiza los posibles destinos a los que podría irse" Maduro, según el internacionalista.
En este contexto, también es "muy reducido" el apoyo realista que podría recibir Maduro de sus aliados, incluyendo a Cuba. Si bien la alianza política se mantiene por intereses políticos y económicos, estos países "no tienen una capacidad real de salvar o resolver la situación" del Gobierno de Maduro.
Un hipotético asilo, concluye De Alba, dependerá de la situación: "una cosa es que esta noche tenga que salir Maduro corriendo y se vaya a un sitio donde le dijeron que sí, otra es que tenga chance de poner condiciones".
