El juicio por los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht en Panamá, que involucra a dos expresidentes, sigue siendo aplazado una y otra vez. Desde 2023, se han intentado seis fechas diferentes para iniciar el proceso, pero una serie de obstáculos, desde la falta de pruebas hasta la evasión de los imputados, han impedido que se concrete.
El caso, considerado el proceso de corrupción más emblemático de los últimos tiempos, reúne a una veintena de personas, entre ellas a los expresidentes Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela, a quienes se les atribuye el delito de blanqueo de capitales.
Desde el primer intento programado para agosto de 2023, el juicio ha sido reprogramado en seis ocasiones, con la última fecha establecida entre el 12 de enero y el 13 de febrero de 2026. Sin embargo, el Órgano Judicial ha anunciado nuevos aplazamientos, citando la falta de notificación a los imputados, la espera de respuestas a asistencias judiciales internacionales y la dificultad para ubicar a algunos de los acusados.
El procurador general de la Nación, Luis Carlos Gómez Rudy, asegura que el Ministerio Público y los fiscales están listos para llegar a la fase final del proceso, pero la falta de avances concretos ha generado frustración y escepticismo sobre la posibilidad de que el juicio se lleve a cabo en un futuro cercano.
El caso Odebrecht, que destapó una red de sobornos a altos funcionarios en varios países de la región, ha sido un desafío constante para el sistema judicial panameño, que se enfrenta a la complejidad de la investigación y a las estrategias dilatorias de la defensa de los imputados. Mientras tanto, la espera de la sociedad por una resolución definitiva del caso se prolonga, generando cuestionamientos sobre la capacidad del Estado para hacer frente a la corrupción de alto nivel.











