El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció en redes sociales el robo de un buque petrolero venezolano por parte de fuerzas de Estados Unidos en aguas del Caribe, calificándolo como "un acto de piratería y terrorismo marítimo" que constituye una "grave violación del Derecho Internacional".
Díaz-Canel aseguró que este hecho "merece la condena de todos los pueblos amantes de la paz" y exigió el cese de las "agresiones imperiales" contra Venezuela. Por su parte, la vicepresidenta ejecutiva venezolana, Delcy Rodríguez, confirmó que el ataque fue ejecutado por militares estadounidenses en aguas internacionales, calificándolo como un "crimen de lesa humanidad contra la navegación y la soberanía de los pueblos".
Rodríguez señaló que el incidente viola diversos tratados y convenios internacionales, como la Convención de Ginebra sobre la Alta Mar y la Carta de las Naciones Unidas. Además, condenó el "modelo colonialista" que, a su juicio, Washington impone mediante la "intimidación y el uso ilegítimo de la fuerza".
La vicepresidenta reafirmó que Venezuela continuará su desarrollo económico y energético de forma "independiente y soberana", respaldado por su pueblo y aliados internacionales. Este nuevo episodio de tensión entre Venezuela y Estados Unidos se produce en medio de una compleja situación política y económica que afecta a la nación sudamericana.











