El domingo 21 de diciembre de 2025, una nueva tragedia sacudió a Sudáfrica. Desconocidos armados atacaron un municipio a las afueras de Johannesburgo, dejando un saldo de 10 personas muertas y otras 10 heridas.
El ataque ocurrió en Bekkersdal, una zona empobrecida a 40 kilómetros al suroeste de la ciudad. Según la policía, los hombres armados dispararon al azar contra las víctimas en las calles, cerca de una taberna o bar informal.
"Algunas víctimas fueron tiroteadas al azar en las calles por hombres armados desconocidos", informó la brigadier Brenda Muridili, portavoz de la policía de la provincia de Gauteng. La policía señaló que los heridos fueron trasladados a hospitales de la zona.
Lamentablemente, este no es el primer incidente de violencia armada que sacude a Sudáfrica en los últimos meses. El 6 de diciembre, un ataque similar en un albergue cerca de Pretoria dejó una docena de muertos, incluyendo a un niño de 3 años.
Sudáfrica, con una población de 63 millones de habitantes, sufre de una de las tasas de criminalidad y homicidios más altas del mundo. La violencia armada es un problema endémico que las autoridades han luchado por controlar durante años.
El motivo detrás del ataque en Bekkersdal no está claro aún. La policía indicó que investiga el caso, pero no se han dado a conocer mayores detalles sobre los perpetradores o las posibles causas del incidente.
Este nuevo episodio de violencia sin duda generará mayor preocupación en la población sudafricana, que ya vive con el temor constante de ser víctima de la delincuencia. Las autoridades tendrán que redoblar esfuerzos para brindar seguridad a los ciudadanos y evitar que estos hechos trágicos se repitan.
