El histórico Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de Washington D.C. ha sido rebautizado como "Centro Trump-Kennedy", generando una ola de críticas y polémica.
La decisión fue tomada por la nueva junta directiva del centro, designada por el presidente Donald Trump, quien destituyó a los miembros anteriores. La junta votó a favor del cambio de nombre el jueves, aunque algunos de sus integrantes aseguran que no se les permitió expresar su oposición.
El nombre de Trump fue añadido el viernes a la fachada del edificio, ubicado en el corazón de la capital estadounidense y considerado un icono de la vida cultural de Washington desde hace décadas.
La medida ha causado indignación entre miembros de la familia Kennedy, quienes consideran inaceptable que el nombre del presidente en funciones se anteponga al de su fallecido pariente, en cuyo honor se bautizó originalmente este centro.
"Resulta incomprensible que este presidente en funciones haya buscado renombrar este gran monumento dedicado al presidente Kennedy", declaró Maria Shriver, sobrina del ex mandatario. "Es más que descabellado que piense que añadir su nombre delante del del presidente Kennedy sea aceptable".
Por su parte, el nieto de Kennedy, Jack Schlossberg, sugirió que el cambio de nombre podría estar motivado por su decisión de postularse para un escaño en la Cámara de Representantes por Nueva York. "Trump está explícitamente motivado a actuar" para frenar su candidatura, afirmó.
Varios congresistas han cuestionado la legalidad del cambio de nombre, argumentando que la ley que estableció el centro en la década de 1960 estipula que no se le puede modificar la denominación. También se ha señalado que la ley prohíbe la instalación de monumentos o placas conmemorativas adicionales en las áreas públicas del edificio.
A pesar de las críticas, el centro ha justificado la medida afirmando que Trump "no solo ha salvado este edificio histórico, sino que también ha creado un lugar verdaderamente bipartidista para celebrar las artes".










