En un caso que revela los excesos de la dictadura militar uruguaya, decenas de ciudadanos de ascendencia rusa fueron detenidos, torturados y encarcelados en la década de 1980 bajo la acusación de pertenecer a una supuesta "célula comunista armada". La pesadilla que vivió el pequeño pueblo de San Javier es ahora objeto de un juicio histórico.
En 1980 y 1984, las fuerzas militares irrumpieron en San Javier, un pueblo de inmigrantes rusos en el oeste de Uruguay, y detuvieron a más de 20 personas, incluidos menores de edad, a quienes sometieron a brutales torturas con el objetivo de vincularlos a supuestos vínculos con el Partido Comunista y la Unión Soviética.
Algunos de los detenidos, como el médico Vladimir Roslik, fueron encarcelados durante años pese a no tener actividad política. Roslik murió en 1984 tras ser nuevamente detenido y torturado. Las autoridades intentaron encubrir su asesinato.
Ahora, más de 40 años después, un juicio en Fray Bentos busca hacer justicia por estos crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985. Los testimonios de las víctimas y sus familiares revelan el horror de una persecución injustificada que marcó para siempre a la comunidad de San Javier.
El fiscal a cargo del caso, Ricardo Perciballe, asegura que los militares "montaron una mentira" para justificar la detención y tortura de estas personas "sólo por su condición de rusos", sin que existiera actividad política alguna. Los acusados, en tanto, alegan haber actuado bajo "obediencia debida" a la cadena de mando.
El juicio es una de las últimas causas por crímenes de la dictadura que se abren en Uruguay, luego de que en 2011 se invalidara una ley que blindaba de persecución a los responsables de esos delitos. Para muchas víctimas, es la última oportunidad de ver justicia por los horrores que sufrieron.











