Un niño de apenas 12 años fue detenido en la ciudad de Malm , Suecia, acusado de participar en un asesinato por encargo que terminó con la muerte de un joven de 21 años. Según el periódico sueco Expressen, el menor habría recibido el equivalente a 150.000 reales brasileños (aproximadamente $30.000 dólares) para cometer el crimen, pero terminó matando a la víctima equivocada.
El ataque ocurrió el pasado viernes 12 de mayo. La víctima se encontraba en un automóvil Audi, acompañada de amigos, cuando el vehículo fue atacado a tiros. Después de los disparos, los ocupantes abandonaron el automóvil en una calle residencial y huyeron. La policía fue alertada después de que un tercero informara a las autoridades sobre el ataque.
El niño fue detenido el martes 16 de mayo y, al ser menor de edad, no fue enviado a una prisión común, quedando bajo el cuidado de los Servicios Sociales.
Según el periódico Sydsvenskan, el menor vivía con su abuela desde los siete años y habría huido recientemente de su hogar. La publicación también afirma que esta no habría sido la primera vez que el niño fue utilizado como ejecutor en crímenes por encargo, lo que genera preocupación sobre el reclutamiento de menores por parte de organizaciones criminales.
La fiscal Caroline Carlquist, responsable de la investigación preliminar, informó que el caso involucra tres intentos de homicidio y un homicidio consumado. Hasta el momento, el autor intelectual del crimen no ha sido identificado.
Este caso pone de manifiesto la grave problemática del uso de menores en actividades delictivas por parte de redes criminales. Expertos en seguridad y derechos de la infancia han advertido sobre el creciente fenómeno del "reclutamiento" de niños y adolescentes, quienes son vulnerables a ser manipulados y utilizados para cometer actos violentos.
Autoridades y organizaciones de la sociedad civil deben redoblar esfuerzos para prevenir y combatir este tipo de explotación, brindando apoyo integral a los menores en riesgo y desarticulando las estructuras delictivas que los involucran. Solo así se podrá proteger a los niños y jóvenes de caer en las garras de la delincuencia organizada.











