Desde el 1 de enero de 2026, los colombianos deberán prepararse para enfrentar nuevos incrementos en los precios y tarifas de diversos productos y servicios, según explicó el experto Hernando Zuleta, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes.
Estos ajustes responden principalmente a mecanismos de indexación que se activan al cierre de cada año. Muchos contratos, como los de arriendo, matrículas educativas y algunos servicios privados, mantienen tarifas fijas durante doce meses y se actualizan una vez se conoce la inflación anual.
Zuleta señaló que este fenómeno no es nuevo y se repite de forma sistemática cada enero. A ello se suma el ajuste de los llamados precios administrados, que incluyen servicios como transporte público, peajes, servicios públicos domiciliarios y otros rubros regulados por el Estado, los cuales suelen actualizarse con periodicidad anual.
El economista explicó que, aunque para los consumidores sería favorable mantener los mismos precios indefinidamente, hacerlo resultaría insostenible para múltiples sectores productivos. El incremento de costos laborales, especialmente por el aumento del salario mínimo, obliga a las empresas intensivas en mano de obra a trasladar parte de ese impacto a sus tarifas para evitar cierres o pérdidas.
En el caso del mercado inmobiliario, Zuleta indicó que los ajustes en los cánones de arrendamiento permiten mantener el equilibrio del sector. Sin estas actualizaciones, muchos propietarios optarían por vender sus inmuebles o retirar la oferta, lo que generaría distorsiones en la oferta de vivienda en arriendo.
El experto precisó que no todos los precios suben de la misma forma ni con los mismos criterios. Mientras los contratos de arriendo vigentes solo pueden ajustarse por inflación al cumplir el año, los nuevos contratos pueden reflejar incrementos mayores, dependiendo de las condiciones del mercado y del salario mínimo.
En sectores como educación, salud y servicios personales, el salario mínimo tiene un peso relevante en la estructura de costos. Actividades como vigilancia, aseo, consultorías y otros servicios intensivos en trabajo suelen registrar incrementos más cercanos al ajuste salarial que al índice de precios al consumidor.
Zuleta también aclaró que los arrendatarios no deben asumir automáticamente un aumento el 1 de enero. El ajuste solo se aplica cuando se cumple el año exacto del contrato, salvo que las cláusulas establezcan algo distinto, lo que hace clave revisar las condiciones pactadas.
