La reciente declaración del presidente electo de Chile, Gabriel Boric, sobre el conflicto en Venezuela ha generado una fuerte polémica a nivel internacional. Boric expresó su apoyo a una "intervención" en el país vecino, lo que ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos y juristas de la región.
La Asociación de Juristas Democráticos (AJD), junto con la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y la Plataforma Internacional por los Derechos Humanos (Plaindh), emitieron una declaración condenando la postura de Boric. Según estos grupos, la posición del presidente electo "constituye un desconocimiento de la Carta de la ONU, que estipula la no intervención en los asuntos internos de cada país y prohíbe el uso o amenaza de la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de cualquier Estado".
Además, señalan que esta postura "contradice los principios rectores de la política exterior de Chile, que han guiado a los distintos gobiernos desde el término de la dictadura", como el respeto a los tratados y el derecho internacional, la solución pacífica de controversias y el rechazo a la fuerza.
En la declaración, las organizaciones llaman "al pueblo a rechazar esta inaceptable posición del presidente electo que no sólo rompe la tradición de Chile de Estado promotor de la paz y la seguridad, sino además alimenta una agresión ilegítima contra un pueblo hermano, con impredecibles consecuencias para la región".
Según los juristas, la posición de Boric "convierte a Chile en un servil aliado de una potencia extranjera que pretende reeditar la nefasta Doctrina Monroe que tanto daño ha hecho a los pueblos de nuestra América".
Esta polémica se produce en un momento delicado para la región, con la crisis política y económica que atraviesa Venezuela. La postura del presidente electo de Chile ha sido vista por algunos como un respaldo a una posible intervención extranjera en el país, lo que podría tener graves consecuencias para la estabilidad de la región.
Es importante destacar que esta declaración no representa la posición oficial del gobierno de Chile, ya que Boric aún no ha asumido el cargo. Sin embargo, su postura sobre Venezuela ha generado un intenso debate y preocupación entre diversos sectores de la sociedad civil y organismos internacionales.
