El Congreso colombiano cerró un 2025 convulso, marcado por intensas peleas, la conmoción por el asesinato del senador Miguel Uribe y la negativa de las mayorías a tramitar varios proyectos clave del Ejecutivo. A pesar de la aprobación del Presupuesto de 2026 por COP 546,9 billones, el Gobierno sufrió reveses importantes, como el rechazo a una reforma tributaria que buscaba recaudar COP 16,3 billones adicionales.
Las reformas comprometidas para la segunda parte de la legislatura, como la Jurisdicción Agraria, el Ministerio de la Igualdad y la ley de sometimiento, enfrentan una fuerte oposición y tienen pocas esperanzas de ser aprobadas antes de las elecciones presidenciales del 31 de mayo.
El presidente Gustavo Petro y su equipo han recurrido a otras vías, como la posibilidad de decretar una emergencia económica o convocar a una Asamblea Constituyente, ante la dificultad de avanzar en sus propuestas a través del Congreso. La principal preocupación del Gobierno es que el regreso de las sesiones ordinarias en marzo coincidirá con un nuevo Congreso, lo que complica aún más el panorama legislativo.
