La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó en contra de una resolución que habría permitido al Congreso retirar a las Fuerzas Armadas de posibles hostilidades con organizaciones terroristas en el hemisferio occidental, incluyendo una eventual guerra con Venezuela.
La resolución concurrente 61, que fue rechazada por 216 votos a favor y 210 en contra, buscaba invocar la capacidad del Congreso para "retirar a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos de hostilidades con organizaciones terroristas designadas por el presidente en el hemisferio occidental".
Este resultado refleja la división política en torno a la política exterior y de seguridad de Estados Unidos en la región. Mientras algunos legisladores buscan limitar el poder del Ejecutivo para iniciar conflictos militares, otros apoyan mantener las opciones abiertas, incluyendo una posible intervención en Venezuela.
La votación se produce en un momento de creciente tensión entre Washington y Caracas, con acusaciones mutuas de apoyar a grupos terroristas y amenazas de posibles acciones militares. El rechazo de la Cámara Baja a la resolución concurrente 61 sugiere que el Congreso no está dispuesto a atar las manos del presidente en caso de un escalamiento de la crisis.
Analistas señalan que esta decisión refleja la preocupación de algunos legisladores por mantener la capacidad de respuesta militar de Estados Unidos en la región, a pesar de los riesgos y costos que conllevaría un conflicto armado con Venezuela.
La votación también pone de manifiesto las divisiones dentro del Partido Demócrata, donde algunos miembros se oponen a una postura más belicista, mientras que otros apoyan mantener una posición firme frente a lo que consideran una amenaza regional.
Con esta decisión, la Cámara Baja ha dejado la puerta abierta a que el presidente pueda tomar medidas militares contra Venezuela u otras organizaciones designadas como terroristas en el hemisferio, sin la necesidad de obtener la aprobación del Congreso.











